En ocasiones es difícil entender porqué se aplaza lo importante por lo urgente. Como toda emprendedora, el 2015 fue un año interesante, por un lado, aceptar la identidad digital de Levadura agencia trajo bríos que motivaron cambios y aceleraron acciones. Pero, mi capacidad de liderazgo aún era inmadura, por lo que muchas de estas aventuras se dieron de forma empírica y sin estrategia.
Ese año me invitaron a participar en Merca2.0, como conferencista y columnista. Asistí a muchos summits y seminarios de Marketing Digital, en Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México, como el Congreso Nacional de Marketing Digital. Mi columna semanal estuvo al aire más de cinco años.
Además, fui aceptada en el programa Vital Voices para empresarias de Latinoamérica, organización patrocinada por Exxon y fundada por la mismísima Hilary Clinton.
Estas experiencias fueron de mucha ayuda en las acciones de relaciones públicas, sin embargo, seguía sin resolverse la estrategia comercial como un plan integral. Como ya mencioné, cuesta tiempo entender que un plan elaborado define al perfil del talento y tareas a ejecutar, no al revés. Así que se contrató a una ejecutiva de ventas para desarrollar el mercado en Ciudad de México, pero sin un plan, era imposible medir sus resultados. Aunque fue alguien muy talentoso, su gestión fue un envío a la guerra sin armas.
Como cada año, hubo mejoras considerables en todo, aún y cuando algunas de esas mejoras, se tradujeran en errores de inicio.